viernes, 2 de noviembre de 2012

Cuando perder es ganar

¿No se puede ganar nada perdiendo? Quiero decir, si un señor pierde el vuelo y ese avión se estrella ¿no ganó algo perdiendo el vuelo el señor?.
Un hombre pierde su empleo y se deprime tremendamente  pero consigue otro empleo mejor y le va muy bien ¿ese hombre no ganó perdiendo el primer empleo?.
¿Cuándo uno pierde la inocencia gana algo? Quiero decir, cuándo perdemos la inocencia ¿no ganamos en sabiduría, no ganamos en autodeterminación?.
¿No ganamos cuando perdemos el miedo? Cuando digo perdemos el miedo no digo tener una confianza ciega en que vamos a ganar siempre, sino perder el miedo a perder, de eso se trata.
A veces perder el control es la única manera de ganar libertad.
Si yo te digo "perder la ilusión" ¿ganamos algo perdiendo la ilusión?
A veces hay que perder la esperanza, perder la ilusión, para que nazcan cosas nuevas. Y parece que fuera el fin de todo y en realidad puede ser el comienzo de algo mejor. De lo que se trata es de perder el miedo a perder, porque a veces perder es la única manera de ganar.
Un iluso es alguien que se cree cualquier cosa ¿o no? La ilusión es una burbuja. Hay que romper esa burbuja. Fin de la ilusión, se terminó, esa no es la realidad, la realidad es muy distinta.
Cuando perdemos la ilusión y enfrentamos la realidad, al menos somos más honestos, y tal vez, quien sabe la realidad nos da una grata sorpresa. Pero lo que es seguro es que la ilusión nunca nos va a dar lo que promete.
Soñar es querer cambiar una realidad, la ilusión es negar la realidad. La desilusión no es otra cosa que una bofetada que nos da la realidad, nos dice "eh, no sean tontos, las cosas son como son".
La ilusión nos hace creer que se puede sacar agua de las piedras, pero la realidad es que si queremos agua tenemos que ir al arroyo, porque si hay algo que las piedras no tienen es agua.
Bueno, y una vez que haya perdido la ilusión, que me haya despedido de ese mundo ideal, debemos agarrar la realidad y decir "Bueno ¿y ahora que hay que hacer?", y estoy segura de que hay mucho por hacer.
Ahí donde terminó la ilusión empieza la vida de verdad, y cuando ya estemos desilusionados soñemos en grande. Hay que perder la ilusión, porque ahí perder es ganar.

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