martes, 13 de noviembre de 2012


Si uno sabe lo que se viene y lo puede evitar, mejor ¿no? Si sabes de antemano que el ómnibus al que te subiste va a chocar ¿te subís?
Si sabes que se viene un huracán ¿no te escondes veinte metros bajo tierra para evitarlo?
Cuando uno ve venir el problema tiene dos alternativas. Ir y ponerle el pecho, jugarse, o retirarse de un round que uno ya sabe desde antes que va a perder por knock out.
Si sabes que te van a atacar mejor atacar antes ¿no? El que pega primero pega dos veces.
Si ves venir la piña, mejor anticiparse ¿no?
Si sabes que te quieren meter preso ¿No es mejor escapar? ¿No dicen que soldado que huye, sirve para otra batalla?
Si sabes que te van a decir que no, ¿para qué preguntar?
Pero ¿Y si atacas antes de que te ataquen pero en realidad nadie te iba a atacar? ¿Si te escapas porque si pero nadie te iba a encerrar en ningún lado? ¿Y si dejas antes de que te dejen para no sufrir? Y resulta que no te iban a dejar.
Cuando me la veo venir, cuando siento que se viene la guillotina, yo no soy de las que pone la cara para el cachetazo. Es muy cobarde, ya sé. Pero es tan grande el dolor cuando algo se va, que es mejor alejarse antes.

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