Hay que saber cuando una etapa llega a su fin.
cuando insistimos en alargarla mas de lo necesario, perdemos la alegría y el sentido de las otras etapas que tenemos que vivir.
Ponerle fin a un ciclo, cerrar puertas, concluir capítulos..., no importa el nombre que le demos, lo importante es dejar el pasado, los momentos de la vida que ya terminaron.
El pasado no volverá, todo pasa y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello.
Todo en este mundo visible, es la manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro corazón. Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar. Dejar para siempre, soltar, desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello unas veces ganamos y otras perdemos. No esperes que te devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor.
Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra como has sufrido una y otra vez con una determinada persona.
Antes de comenzar un nuevo capítulo hay que termina el anterior: repítete a ti mismo que el pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad.
Puede parecer obvio, puede que sea difícil pero es muy importante cerrar ciclos. No por orgullo, ni por necesidad, ni soberbia, sino porque sencillamente, aquello ya no encaja.
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