Alejandro D, filósofo del siglo pasado, afirmo que todo lo que hacemos en la vida, lo hacemos para seducir. Seducir a alguien, es lograr que desee lo que uno quiere que desee. Seducir es incentivar, estimular, provocar el deseo en el otro.
Muchos esperan en silencio detectar una señal en el ser amado, esperan ser deseados. A otros, lo que los seduce, es sentirse deseados. A otros, nos seduce lo opuesto, sentirse no deseados. A otros, los seduce lo prohibido, lo imposible, lo que no pueden tener. ¿Existe una sola manera de seducir? ¿Es posible seducir a alguien que no nos desea? ¿Alcanza con la seducción para el amor?. si se desea lo que no se tiene, cuando se tiene, ¿se sigue deseando? ¿Tendrán algún efecto las “técnicas de seducción”?...
“Todo un tema el de la seducción… ¿nunca te paso que no sabes como hacer para que la otra persona se de cuenta de lo que te pasa sin hechar a perder esa relación?”…
Para seducir hay que tener la paciencia del pescador; saber esperar el momento exacto. Yo creo, que tal ves la mejor técnica sea no tener técnicas… pero guiándonos a través de la intuición seguramente sea mas fácil que a través de la razón. Tanto especular, le juega en contra a la seducción. La intuición, en cambio, nos abre nuevas puertas, nos da nuevas llaves.
Uno pretende que sueñen con nosotros, queremos ser el único en la vida del otro, pero solo se puede aspirar a ser el elegido.
Seducir tiene sus vueltas; a veces, el amor muere cuando damos nuestro amor por sentado, y renace cuando sienten que pueden perderlo. Nos preocupa mucho que no halla terceros dando vueltas, pero a veces, esos terceros, ayudan a la seducción, la encienden.
El mayor riesgo de un seductor, es caer seducido; ahí se vuelve torpe, predecible. El riesgo de un seducido, es su inseguridad, que puede llevarlo a cometer ciertas torpezas…
Uno no sabe por que ama, ni por que es amado. Seducir tal ves sea simplemete ayudar un poquito a esa magia que ocurre, sin que sepamos bien como ocurre, ni porque.
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