domingo, 3 de marzo de 2013













"Nose si tendré tiempo de escribir más cartas, porque quizás esté ocupado intentando encajar. Si esta resulta ser la última carta, quiero que sepas que estuve mal antes de empezar la secundaria. Y tú me ayudaste. Aunque no supieras de qué hablaba. O conocieras a alguien que sufriera lo mismo, me hiciste sentir acompañado.
Sé que hay gente que dice que estas cosas no pasan. Hay gente que olvida cómo es tener 16 cuando cumplen 17. Sé que algún día, será todo una anécdota, y nuestras fotos se volverán viejas. Nos convertiremos en mamá o papá. Pero ahora, estos momentos no son anécdotas. Esto está sucediendo. Estoy aquí. Y la busco a ella. Y es hermosa.
Puedo verlo, en este momento sabes que no es una historia triste. Estás vivo. Te paras y ves las luces de los edificios, y todo te sorprende. Escuchas esa canción en el viaje, con la gente a la que más amas en el mundo. Y juro que en este momento nos sentimos infinitos."

Las ventajas de ser invisible.